jueves, 12 de julio de 2007

La disputa entre España y Portugal por la nuevas tierras.

En el desarrollo de la navegación y la expansión hacia ultramar, hubo dos países que fueron los líderes de este proceso y que por lo mismo, sus intereses inevitablemente chocaron. Nos referimos a España y Portugal.
En esta nueva carrera por encontrar una nueva ruta para el comercio de las especias, Portugal había sacado buena ventaja, desplazándose hacia el sur, siguiendo la costa de Africa. Así distintas expediciones marítimas habían ido avanzando en busca de un paso hacia las Indias Orientales. En 1419 los marinos portugueses ocuparon las islas Madeira; en 1435 descubrieron las islas Azores; en 1446 las de Cabo Verde; en 1452 el Golfo de Guinea y finalmente en 1487, Bartolomé Días descubrió el Cabo de Buena Esperanza donde se unen los océanos Atlántico e Indico.
La corona de Castilla que poseía el conjunto de las islas Canarias, había logrado firmar algunos tratados con Portugal en los que se establecía una división de las zonas de influencia entre ambos estados. El acuerdo recibió el nombre de TRATADO DE ALCAZOVAS TOLEDO (1480), el que estableció que España tendría los derechos de explotación desde las islas Canarias hacia el norte y Portugal de este punto al sur.
Estos acuerdos se mantuvieron sin cambio durante varios años. Pero el descubrimiento de América varió totalmente la situación y vino a reavivar el conflicto. Portugal considero que de acuerdo al tratado firmado con España, las tierras descubiertas por Colón le pertenecían. España alegó que esos tratados restringían a Portugal sólo a las tierras africanas.
La corona de Castilla decidió pedir la intervención del Papa, a quien se le consideraba en esta época como una autoridad temporal universal, que lo facultaba a repartir tierras e instituir en ella reyes cristianos.

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